HOJA INFORMATIVA

HERMANDAD DE NTRA. SEÑORA DE LOS CAÍDOS DE PARACUELLOS DE JARAMA

Boletín Nº 43 - Octubre 2003


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El cardenal Saraiva, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, habla para Alfa y Omega nº 368, Septiembre de 2003.

Mártires de la persecución religiosa en España

El cardenal José Saraiva Martins, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, ha pasado unos días en España, con motivo de las II Jornadas de estudios sobre las Causas de los santos, que acaban de celebrarse en El Escorial. Recién llegado a nuestro país, concedió una entrevista a Alfa y Omega en la que aborda uno de los asuntos en los que más ha insistido el Papa a lo largo de su pontificado: la llamada universal a la santidad. Responde así a nuestras preguntas:

- ¿Por qué en España hay tantas canonizaciones últimamente?

A lo largo de la Historia, España ha sido siempre tierra de santos, y continúa siéndolo. Esto, además de ser un gran honor, es una gran responsabilidad para los españoles, que deben continuar siendo fieles a su tradición. Los grandes impulsores de la Historia han sido siempre los santos: san Benito, san Francisco… Y, hoy en día, la Historia la siguen tejiendo los santos, también en España. La Humanidad será lo que sean los santos.

- ¿No tendrá algo que ver la persecución religiosa durante la guerra civil que vivimos en España en este siglo?

Como dice Tertuliano, la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos. La Iglesia no ha depuesto jamás la túnica roja del martirio, sino que se renueva con ellos, y se hace más pujante. Siempre ha habido mártires y siempre los habrá; la Iglesia tiene que imitar a Cristo, llevar la cruz como él. Esta cruz de Cristo aparece con más vigor con los mártires.

- ¿Cómo marcha el proceso de beatificación de los mártires durante la guerra civil?

Ahora se está tratando de hacer la Positio de un buen número de mártires españoles, para poder beatificarlos en una sola ceremonia de beatificación; esto es lo mejor desde un punto de vista eclesial, más que una serie de celebraciones distintas por grupitos. Es lo que se hizo con los últimos 265 mártires españoles que fueron beatificados.

El milagro, tema de estudio en las II Jornadas sobre las Causas de los Santos.

Las más altas autoridades de la Congregación para las Causas de los Santos asistirán al encuentro.

MADRID, 4 septiembre 2003 (ZENIT.org-VERITAS).- Los más altos representantes de la Congregación para las Causas de los Santos de la Santa Sede se darán cita junto a unos 80 sacerdotes, religiosos y laicos, en las II Jornadas sobre las Causas de los Santos de El Escorial, que se celebrarán en la localidad madrileña entre el 15 y el 17 de septiembre próximos, y que tendrán este año como tema «El milagro».

Ricardo Quintana Bescós, Delegado para las Causas de los Santos de la Archidiócesis de Madrid y organizador del evento se siente satisfecho por el alto nivel de los ponentes de estas jornadas, entre los que se encuentran el cardenal José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos; monseñor Michele Di Ruberto, subsecretario de la Congregación; monseñor Sandro Corradini, prelado teólogo de la Congregación, y el padre carmelita Jesús Castellanos, consultor de la Congregación y uno de los mejores especialistas actuales en cuestiones místicas.

Quintana Bescós recuerda que entre las dos concepciones extremas que habitualmente se tienen sobre un milagro, o una increencia absoluta o su aceptación instantánea y superficial, cuando se produce «un hecho extraordinario que no es explicable por las leyes de la naturaleza, es necesario un estudio científico».

Por eso, además del equipo de consultores teológicos, la Congregación para las Causas de los Santos, cuenta con un equipo de consultores médicos, entre ellos el doctor Patricio Polisca, que en las Jornadas de El Escorial hablará sobre «El cometido de la consulta médica en el proceso del milagro».

Como dice Ricardo Quintana «el milagro es siempre un signo de Dios que reclama la fe». «Una persona que esté cerca de Dios y en virtud de la comunión de los Santos, puede interceder por los cristianos» (la Iglesia exige la prueba de un milagro para declarar beato a un siervo de Dios y de otro para su canonización).

Está prevista la publicación de las conclusiones de estas Jornadas, que en el caso de las primeras, celebradas en el 2001 dieron origen al libro «Las causas de canonización hoy» (Editorial Scire/Balmes).


En la composición de nuestra Hoja Informativa nº 43, la Junta Directiva ha acordado introducir en ella la reproducción de la entrevista realizada a Don Cesar Vidal por el periodista Don José Joaquín Iriarte, publicada ésta en el Diario La Razón el día 9 de julio del actual con motivo de la publicación de su libro “Checas de Madrid”. Entrevista que nos deja un tanto perplejos por lo insólito que resulta que en este Diario se publiquen exposiciones con relatos referidos sobre hechos que el historiador recoge ampliamente en su obra.

No pretendemos hacer publicidad del magnifico, a la vez que escalofriante libro. Únicamente damos a conocer a nuestros lectores por la entrevista que reproducimos un mínimo avance de un libro en el que el autor da cumplido testimonio de los trágicos sucesos que acontecieron en Madrid y su periferia en el transcurso de los dramáticos meses finales de 1.936 y siguientes.

Agradecemos al insigne historiador la escrupulosidad de su obra para acometer en ella sin rebozo los cruentos sucesos perpetrados por el Frente Popular, desenmascarando igualmente a los responsables directos de tan ingente masacre.

Los mártires de la Guerra Civil fueron asesinados por el odio a la fe

Historiador. Con tres doctorados (uno de ellos en Historia con premio extraordinario de fin de carrera), César Vidal aborda en su último libro las siniestras «checas de Madrid»

José Joaquín Iriarte. La Razón 9 de Julio de 2003

César Vidal no es un nostálgico del franquismo (a su época la llama «dictadura») sino un joven historiador que ha irrumpido en la historia de la Guerra Civil con un escalofriante relato de uno de los períodos revolucionarios más sangrientos de la II República Española. «Las checas de Madrid» (Belacqua) es una invitación a no olvidar la historia, «pero sí a conocerla sin odios ni falsedades».

-Afirma en el libro que se vivió una persecución religiosa «cuyo único precedente aproximado se hallaría, antes del siglo XX, en la terrible persecución contra los cristianos desencadenada por Diocleciano». ¿No se encuentra en la Historia ningún otro paralelismo?

  Lamentablemente sí los hubo. Las matanzas masivas de sacerdotes y católicos durante la revolución mexicana o la persecución de cristianos de todas las confesiones durante el régimen soviético son claros precedentes de lo que realizaría el Frente Popular en España.

– ¿Cuántos clérigos y laicos –por su condición de católicos– fueron asesinados en la Guerra Civil?

El número de sacerdotes y religiosos es cercano a los siete mil, es decir, muchos más fusilados en números absolutos (no digamos ya proporcionales), que los miembros de cualquier otro colectivo, ya formaran parte de un sindicato, de un partido o de la masonería. Por lo que se refiere al número de católicos, por el simple hecho de serlo, es más difícil de calcular, pero estaríamos hablando, sin ninguna duda, de una cifra muy superior.

– ¿Es cierto que sólo en Madrid el número de asesinatos superó a los de la dictadura de Pinochet?

Sin ningún género de dudas. El número de asesinados por las checas de Madrid superó ampliamente los doce mil –ésos son los nombres incluidos en mi libro– y pudo incluso rebasar la cifra de quince mil.

– ¿A qué se llamaba checa?

El nombre de checa derivaba de la «cheká» soviética, un organismo creado por Lenin para implantar el terror como instrumento de perpetuación de su dictadura.

– ¿Cuántas hubo en Madrid?

Más de doscientas... 

– Cuántas iglesias fueron incendiadas, destruidas o profanadas?

De nuevo la cifra debe evaluarse en varios millares, ya que en la zona controlada por el Frente Popular no hubo lugar de culto que no fuera objeto de ultrajes.

– Los sacerdotes asesinados, ¿se distinguían por alguna actividad política?

En absoluto era gente que se dedicara a la política ni tampoco –como se ha dicho tantas veces– que fueran amigos de los poderosos. Lo que existía, como había señalado décadas atrás Pablo Iglesias, el fundador del PSOE, era una guerra ideológica declarada por las izquierdas que para ellas sólo podía acabar con la desaparición del cristianismo.

 

NI UNA SOLA APOSTASÍA

¿Un testimonio de especial ejemplaridad?

Sería injusto fijarse en uno solo. Basta recordar las palabras de aquel autor francés que, refiriéndose a los sacerdotes y religiosos asesinados por el Frente Popular dijo: «¡Siete mil asesinados y ni una sola apostasía!». Habría que añadir que fueron mayoría los que murieron perdonando a sus asesinos.

¿Cuál ha sido el criterio para, desoyendo opiniones contrarias por razones de «oportunidad política», la Iglesia haya elevado a los altares a los mártires de la Guerra Civil?

El tema desborda mi labor como historiador, pero en mi opinión la razón resulta obvia: fueron mártires a los que se dio muerte no por razones políticas o sociales, sino porque se odiaba fanática y visceralmente a su ministerio religioso y su fe.

¿Hubo por parte del Frente Popular un auténtico odio a la fe?

Sin ningún género de dudas. Fue anterior a la constitución del Frente Popular. Así quedó de manifiesto ya en mayo de 1931 con las primeras quemas de conventos; siguió con la redacción de una Constitución que colocaba fuera de la ley a las órdenes religiosas dedicadas a la docencia; estalló en las terribles matanzas del levantamiento socialista-nacionalista de octubre de 1934, y se amplió durante la Guerra Civil. No deja de ser significativo que el primer número de «El mono azul», la revista de Alberti, ya estuviera plagado de mofas, escarnios y blasfemias contra la fe.

De no producirse el 18 de julio, ¿era inexorable la implantación de una dictadura obediente a la URSS?

Me parece imposible negar esa posibilidad. Tal peligro ya fue señalado por el socialista Besteiro o por Casado. La documentación soviética que aparece en el libro muestra que Negrín había pactado con Stalin la desaparición del sistema parlamentario y la creación de una dictadura similar a las que se crearían en Europa después de 1945.

¿Habríamos corrido la misma suerte también en el caso de que la guerra la hubiera ganado el Frente Popular? ¿Nuestra situación ahora sería como la de Bulgaria o Rumania?

Posiblemente más cerca de Albania y de la antigua Yugoslavia que la de los países mencionados.

Ganó Franco. ¿El llamado «nacionalcatolicismo» sirvió a la Iglesia o se sirvió de ella?

–Tengo serias dudas de que existiera ese nacionalcatolicismo. Me parece un cliché interesadamente simplista acuñado para desprestigiar de una sola tacada al régimen nacido de la Guerra Civil y a la Iglesia católica y, aunque ha habido acercamientos interesantes, posiblemente está por escribir la historia definitiva de las relaciones entre la Iglesia católica y Franco.

- Carrillo, ¿es responsable o no de los fusilamientos de Paracuellos del Jarama?

Así lo aseguraba Dimitrov, a la sazón factotum de la Komintern, en un documento que reproduzco en mi libro. Creo que no existe ningún investigador serio que haya estudiado las matanzas de Paracuellos que pueda eximir a Carrillo de la responsabilidad de los asesinatos. Sin embargo, al mismo tiempo, como también señalo en el libro, creo que la responsabilidad material y especialmente moral de aquel precedente de las matanzas perpetradas por los soviéticos en Katyn o por los nazis en Baby Yar no se reduce sólo a Santiago Carrillo.

¿Cree usted que el rencor de unos y otros permanece todavía en la conciencia de los supervivientes y descendientes de los dos bandos enfrentados? ¿Quién perdona más fácilmente?

Creo –con los matices y las excepciones que se quiera– que en el bando vencedor se comenzó la tarea de olvidar el horror ya en los años cuarenta, y la prueba es la práctica ausencia de textos dedicados a recordar las atrocidades de los vencidos. Ese deseo de olvidar –y resulta inexplicable– no fue asumido por los derrotados hasta los años sesenta. Finalmente, el haraquiri de las instituciones de los vencedores durante la Transición, la instauración de una monarquía para todos y la mano tendida a una izquierda que tenía escaso peso popular antes de 1977, permitieron hacer tabla rasa del pasado. Quizá por eso resulta tan lamentable que en los últimos tiempos se haya llevado a cabo el intento de crear una visión «políticamente correcta» –y documentalmente falsa– de la Guerra Civil, que no sirve a la asunción del pasado y a la reconciliación, sino a intereses políticos y mediáticos sospechosos. No son los pueblos que falsean u olvidan la Historia los que la superan, sino los que la recuerdan tal como fue y la asumen aprendiendo las lecciones pertinentes.


DOCUMENTOS T.V. DE LA 2 EN EL CEMENTERIO DE MÁRTIRES.

 

El pasado día 12 de Septiembre de 2003, previo encuentro antes de la misa del primero de Julio entre el Presidente de la Hermandad y Doña Icíar Bernaola, periodista acreditada de la productora “Argonauta Producciones”, para tratar de realizar un espacio en la “2” de T.V. española, el presidente, deriva las conversaciones y pormenores en la persona de José Manuel Ezpeleta, encargado de relaciones con la prensa, ordenes religiosas y otros; con quien acuerda  reunirse para tratar sobre esta iniciativa.

Analizadas posteriormente las pretensiones y estudiado el espacio, se fija finalmente el encuentro en el cementerio de Mártires de Paracuellos a las 10´00 h. de la mañana del día 12 de Septiembre de 2003.

Por requerimiento, accede con su presencia a la filmación, D. Ángel Aparicio de 88 años de edad, superviviente de los fusilamientos de Agosto del 36, de la cárcel modelo, sacas del 7 y 8 de la misma cárcel y sacas de la cárcel de Porlier, cuyo hermano y cuyo padre fueron fusilados en el Cementerio de Mártires de Paracuellos de Jarama.

A la hora del día indicado, se desplazan la Productora con la directora, cámara, ayudante y la propia periodista Iciar, dando comienzo la filmación para el espacio que cubre el programa “Documentos T.V.” de la cadena 2 de T.V. española, que se podría emitir según la Productora y la programación de la cadena T.V.E.2 , hacía el mes de Noviembre próximo.

Se filma en primer lugar, la entrega por D. José Manuel Ezpeleta en compañía de D. Ángel Aparicio, a D. Manuel Fernández Montoya, sacerdote jubilado, y a su sobrina Doña Beatriz Barés, de los documentos encontrados en el Archivo Histórico Nacional (Causa General) del caído D. Rafael Fernández Barés, hermano del padre de este sacerdote, ya que ellos pensaban que había sido fusilado en el cementerio de Mártires de Paracuellos de Jarama.

A continuación se procedió a filmar las Fosas, la capilla y los pinos del fondo derecha del cementerio, entrada y trazado de la antigua carretera al poblado de Belvis, donde a la sombra de aquellos, se detenían la expediciones procedentes de las cuatro cárceles y los hacían bajar de los camiones y camionetas atados con alambres y cuerdas por sus muñecas de dos en dos, haciéndoles caminar hacia el pie de las zanjas para ser fusilados.

Dentro de la capilla se filma el altar, el frontispicio y de manera especial, las placas de los 22 beatificados de los hermanos de San Juan de Dios.

La filmación concluye con una entrevista a D. Ángel Aparicio frente a la fosa número 4, donde comentó los fusilamientos de su padre y de su hermano.