HOJA INFORMATIVA

HERMANDAD DE NTRA. SEÑORA DE LOS CAÍDOS DE PARACUELLOS DE JARAMA

Boletín Nº 37 - Febrero 2002


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Conmemoración del LXV Aniversario

    Diversos actos litúrgicos nos reunieron un año más en el Camposanto los días más señalados del pasado mes de Noviembre para seguir honrando la memoria de nuestros Caídos y para pedirles que, desde el Cielo, nos ayuden a seguir su ejemplo de Fe en Dios y amor a la Patria, esforzándonos siempre en mantener los Ideales por los que Ellos entregaron sus vidas.

    Comenzamos el día 1° de Noviembre celebrando la festividad de Todos los Santos con la Santa Misa oficiada por el Padre Don Justo Bermejo, Vicario Episcopal para el Clero.

    El día 4, también con una gran asistencia de fieles, se dijo la Misa correspondiente al primer domingo de mes.

    El miércoles 7, aniversario del mayor holocausto de Paracuellos, hubo también una gran concurrencia a pesar de ser día laborable. La Misa fue oficiada por el Padre Don Ramón López Merino y concelebraron con él otros tres sacerdotes. A la terminación de la Misa se rezó un responso ante el Monolito y el Presidente de la Hermandad, Don Ángel Gascón, acompañado por nuestra Tesorera Doña Teresa Ojeda, depositaron una corona de flores al pié de la Cruz del Monolito.

    Igualmente se celebró la festividad religiosa de los Mártires de Paracuellos de Jarama, establecida para el día 29 de Noviembre de cada año, fecha en que fueron beatificados 22 Hermanos de San Juan de Dios que reposan en el Camposanto. No pudo presidir la Ceremonia, como nos hubiese gustado, nuestro Obispo de Alcalá, Monseñor Jesús Esteban Cátala debido a compromisos ineludibles y, en su lugar, ofició la Santa Misa el Señor Párroco de Paracuellos y Consiliario de la Hermandad, Don Antonio Herrero, concelebrando con él los Hermanos de San Juan de Dios y los Agustinos de El Escorial.

    Finalmente, terminaron las celebraciones anuales el domingo 2 de Diciembre con la Misa habitual de los primeros domingos de mes, que fue celebrada por nuestro Capellán Don Manuel Liébana.

 

Fallecimiento de D. Francisco González Barros - Presidente de la Asociación de Mártires de Aravaca -

    El pasado 30 de Diciembre falleció Don Francisco González Barros, Presidente de la Asociación de Mártires de Aravaca y, por tanto, miembro distinguido de nuestra Hermandad,

    Lamentamos esta triste noticia, y transmitimos a sus familiares nuestro más sentido pésame.

Cementerio de Mártires de Aravaca

    Últimamente hemos mantenido relaciones especialmente estrechas para colaborar con esta Asociación en la reparación de varios desperfectos de sus instalaciones como, por ejemplo, el arreglo de unos 30 metros lineales de la valla exterior.

El Camposanto de Paracuellos

    Hoy día poca gente conoce realmente lo que es y significa el Camposanto de Paracuellos, pues nos hemos mantenido siempre en la discreción, sin alardes ni propagandas, volcando todo nuestro esfuerzo en honrar a nuestros Caídos y en atender a sus familias. Pero a veces nos llegan personas que, sin conocernos bien, nos identifican sin más como una asociación de corte político.

    Sin embargo, lo cierto es que somos una hermandad religiosa y nuestra postura como tal, con independencia de las ¡deas que particularmente podamos tener cada uno, ha estado siempre totalmente al margen de ninguna ideología ni actividad política.

    Siguiendo el ejemplo que Ellos nos dieron, nos confesamos católicos convencidos y creyentes practicantes. Y ponemos todo nuestro interés en que ésta sea también la imagen de nuestra Hermandad, aunque en algunas ocasiones quizá no lo consigamos.

    En la Hermandad de Nuestra Señora de los Caídos de Paracuellos, siempre hemos desechado de nuestros corazones todo posible odio o resentimiento. Unidos a la principal fuerza integradora de nuestra vida colectiva, que es la Iglesia, queremos seguir en todo momento el ejemplo de Cristo en la Cruz: "Padre: perdónalos, porque no saben lo que hacen"... Efectivamente, hemos perdonado, lo que no significa que hayamos olvidado, pues ello sería como traicionar a nuestros Caídos.

    Estamos convencidos de que toda ideología, sea religiosa, política, social, filosófica, etc. que separe, aísle, divida o incluso enfrente a los hombres, es intrínsecamente antinatural y, por lo tanto, perversa para el ser humano y para las sociedades en que vive. Un claro ejemplo lo tenemos en el comunismo ateo cuando fomenta la "lucha de clases" o en las interpretaciones islámicas que impulsan a "matar al infiel" y a "morir a la sombra de la cimitarra para alcanzar el Paraíso"..., lo mismo que todas esas posturas políticas que dan pié a enfrentamientos e incluso al terrorismo.

    Creemos firmemente que, por el contrario, nuestra religión católica - sin duda por inspiración divina - está totalmente en línea con el instinto natural de los hombres y por eso puede satisfacer de la manera más completa sus más profundas necesidades psicológicas y humanas. Así es cuando nos impulsa a ser dueños de nosotros mismos y nos plantea como objetivo vital el amor al prójimo: "Amad a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a tí mismo".

    Nuestra postura religiosa nos pide ser comprensivos y tolerantes con los demás, pero no deja de dolemos contemplar cómo vivimos un ambiente materialista, cada vez más lleno de confusión ideológica, donde "todo vale" y donde, justificándolo con un pragmatismo momentáneo y mal entendido, se abandonan cada vez más aquellos valores esenciales para el ser humano, necesarios también en la sociedad para convivir en armonía y en un auténtico progreso social.

    Aunque ahora nos quieran cambiar la Historia, la realidad es que todos esos valores sociales y religiosos son los que están representados en el Camposanto de nuestros Caídos. Fueron miles de Ellos, los que voluntariamente aceptaron morir antes que renegar de su Fe en Dios y su amor a la Patria. Hubo algunos que no pudieron elegir, pero también los mataron por ser católicos y patriotas.

    Han pasado muchos años y cada vez se puede ver mejor, con una perspectiva más amplia y sin mezclas confusas de otros aspectos del caos político y social de la época, que su generosa y heroica entrega - máxima demostración final de sus creencias de toda la vida - no estuvo motivada por "razones políticas", sino por el firme propósito de no aceptar la implantación en España del comunismo ateo que quería, a toda costa, acabar con la Iglesia Católica pues era su mayor obstáculo y, por tanto, su enemigo número uno. Esto quedó claramente demostrado en la exacerbada persecución religiosa, con la inacabable quema de conventos y las numerosísimas matanzas de católicos por el mero hecho de serlo, desde Obispos hasta estudiantes, monárquicos o republicanos, fueran de las ¡deas políticas que fueran y de la procedencia que fuera.

    Nuestros Caídos percibieron claramente todos los males que el ateísmo marxista-comunista acarrearía inevitablemente si se implantaba en la sociedad española. Ni su Fe ni su amor a la Patria les permitió aceptar tal cosa.

    Por todo ello, como familiares y amigos de nuestros Caídos, sigamos esforzándonos en la Hermandad por honrar su memoria, guiándonos siempre por los valores que Ellos nos señalaron y de los que tenemos todo un símbolo en este altar de la patria que es el Camposanto de Mártires de Paracuellos.

 

Programa emitido por R.N.E.

    El pasado 19 de Noviembre de 2001, a ¡as seis de la mañana, el Padre Félix Núñez, pronunció a ¡as seis de la mañana la alocución, que transcribimos a continuad re el Camposanto de Paracuellos:

"Queridos amigos de las seis de la mañana. Hace unos días he estado en el Cementerio de Paracuellos de Jarama, cerca de Madrid. Y el día 29 de este mes se va a celebrar allí la fiesta de los Santos Mártires de Paracuellos. Me parece que durante este mes de Noviembre resonará, de forma especial, este tremendo nombre de Paracuellos. ¿Qué ocurrió allí hace 65 años?

Don Antonio Montero Moreno, Arzobispo de Mérida-Badajoz, lo cuenta así: En aquellos días fatídicos del 7 y 8 de Noviembre de 1936, más de 1.500 hombres fueron sacados de las cárceles en sucesivos traslados y fueron asesinados a mansalva.

A primera hora de la mañana del día 7 se abrieron las puertas de las celdas y se ordenó que se asomaran todos para escuchar una lista interminable de nombres. Salieron todos hacia el patio de la cárcel, como un rebaño que es conducido al matadero. Pero ¿a dónde se los llevan? Es la pregunta inquietante en todas las celdas.

Para el traslado de los presos, se utilizaron 20 autobuses de la Compañía de Tranvías. Fuertemente atados de dos en dos, con cuerdas y alambres, eran instalados los presos en el interior del vehículo, casi a presión. Veinte camiones y varios coches ligeros se dirigieron hacia Paracuellos de Jarama.

Ya en tierra, se les iba distribuyendo en grupos de 15 ó 20, y se les forzaba a caminar hacia las zanjas. Llegados al borde, caía sobre ellos la descarga cerrada de un piquete compuesto por unos 30 ó 40 milicianos. Más de 200 sepultureros esperaban de antemano para proceder al enterramiento global de los centenares de fusilados.

Los pobres sepultureros estaban reclutados entre los vecinos de los pueblos inmediatos, muchos de los cuales, después de acabada la guerra, han podido facilitar detalles sobre las estremecedoras escenas presenciadas.

Hasta siete grandes fosas iban a ser rellenadas con estos enterramientos gigantescos. Las medidas de estas zanjas eran verdaderamente descomunales. La cuarta mide 160 metros de longitud por cuatro de anchura. Lo mismo que, más tarde, los nazis asesinaron al aire libre en Bergen Belsen, arrojando a los muertos en grandes zanjas, así en España se mató a todos los inocentes de Paracuellos.

Sí. He visitado Paracuellos, precisamente el pasado día 7, cuando hizo 65 años de la primera matanza en aquél mismo lugar. Hoy no se venera aquel lugar como un recuerdo de la historia española; se quiere que sea un mal sueño que todos deberíamos borrar.

Pero hace dos años yo visité Auschwitz. Es un lugar parecido a Paracuellos. Y vi que a Auschwitz llegan todos los días miles de turistas que visitan aquel lugar del horror nazi, y se pasan el día llenos de veneración. Pero Paracuellos está olvidado, repudiado y mal visto. Para algunos, lo mejor habría sido convertirlo hace años en un patatal. Pero la historia está allí y los muertos, enterrados como animales, por miles, en zanjas, también están allí.

No sé por qué hay que avergonzarse de la Historia pasada. No hay que avergonzarse. Lo que hay que hacer es no volver a repetirla. He estado en Paracuellos y aquel misterioso lugar me ha conmovido de verdad.

Os deseo que paséis un día tranquilo

¡Buenos días nos dé Dios...!"

Agradecemos mucho al Padre Félix sus comentarios ante los micrófonos de R.N.E. y le rogamos siga colaborando con nuestra Hermandad ayudándonos en nuestros esfuerzos por honrar a nuestros Caídos y en mantener los Ideales por los que murieron. Al mismo tiempo nos ofrecemos para proporcionarle con exactitud los datos que desee y completarle ¡os que hasta ahora ha obtenido.