HOJA INFORMATIVA

HERMANDAD DE NTRA. SEÑORA DE LOS CAÍDOS DE PARACUELLOS DE JARAMA

Boletín Nº 28 - Octubre 1998


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En el año 1991 se crea la nueva diócesis obispal de Alcalá de Henares, que recibimos con la alegría y confianza de una mayor aproximación de la Iglesia hacia nosotros y toma posesión de su diócesis monseñor Manuel Ureña Pastor. En los siete años que ha permanecido dedicado con una total entrega de servicio, lo ha creado todo..., y con resultados que parecerían inimaginables, si no fuera obra de una personalidad tan relevante como la de monseñor Ureña.

Leemos en «Alfa y Omega», la creación de nuevas parroquias en Alcalá y pueblos, que con las terminadas, en construcción y de próxima realización totalizarán más de veinte. Ya están funcionando el Seminario Mayor y el Menor; la restauración -a punto de terminarse- en la Iglesia Magistral de los Santos Justo y Pastor, que al adquirir la categoría de Catedral, lo ha sido con el realce que estaba necesitada por su estado lamentable y que gracias a las ayudas de la Unión Europea, del Ministerio de Cultura, de la Comunidad Autónoma y Ministerio de Fomento, se ha podido realizar.

Todo esto lo ha dirigido y gestionado el señor obispo, pero para ello ha necesitado las colaboraciones y ayudas de los sacerdotes que iniciaron su labor con él, y a los que tan agradecido está, y cuyos frutos se han convertido en la ordenación de 40 sacerdotes, más los próximos 10 presbíteros que se ordenarán. Los resultados son evidentes de 120 sacerdotes que tenían en 1991, ahora son 175.

Naturalmente que todo no son buenas noticias, ni buenos resultados; ya nos dice, en la entrevista, que encontró un coeficiente muy alto de inmigrados, el 90 por ciento, pero el camino está sembrado y sin tardar mucho se irá recogiendo la cosecha.

Nosotros como diocesanos del Obispado de Alcalá de Henares en la Hermandad de Ntra. Señora de los Caídos de Paracuellos de Jarama, nos parece oportuna y obligado en estos momentos de Balance, comentar la amable y paternal acogida que nos dispensó siempre monseñor Ureña y que en ocasiones nos distinguió en los Aniversarios, presidiendo los actos litúrgicos en el Camposanto Martirial de Paracuellos, mostrando su devoción por los que murieron sin renegar de su fe.

También las relaciones de orden administrativo fueron muy positivas y cordiales, mostrando los sacerdotes encargados, el mejor deseo de colaborar con su valiosa información en cuantas circunstancias fueron precisas.

Sin embargo, nos hemos sentido decepcionados al comprobar que a través de los medios de información, no solamente no se dedicaba un recuerdo al Camposanto de Paracuellos, sino que se mantenía totalmente ignorado.

Creemos, como cristianos, que se ha producido un lapsus, porque aunque seamos parte interesada, se trata de un hecho tan sobresaliente en nuestra reciente Historia de España y de la Iglesia, difícil de olvidar, como son los Holocaustos Martiriales que se cometieron el año 1936 en Paracuellos de Jarama y Soto de Aldo vea, próximo a Torrejón de Ardoz.

Esos dos hechos, solamente, de una gran relevancia, ya condicionan a una Diócesis, donde fueros inmolados miles de personas, entre los que entregaron sus vidas sacerdotes, religiosos y religiosas; algunos Beatos, elevados recientemente a los Altares por su Santidad Juan Pablo II, y otros en proceso muy adelantado su beatificación.

Podemos decir los cristianos, sin temor a equivocarnos, que la nueva Diócesis de Alcalá de Henares tiene un Florón de Gloria, ante semejante acontecimiento, que es comparable a las mayores persecuciones en la Historia de la Iglesia.

Queremos una Iglesia además de Santa, serenamente Firme, que cuando se trate de honrar a tantos de sus hijos que murieron confesando su fe, los enaltezcan sin reservas.

Finalizamos recordando la consoladora actitud de su Santidad Juan Pablo II, ante los obispos de Sevilla, de Granada y Valencia en su visita «ad limina» en que mostró, entre otros asuntos, su particular recuerdo por los mártires españoles de la Guerra Civil.

LA JUNTA DIRECTIVA