HOJA INFORMATIVA

HERMANDAD DE NTRA. SEÑORA DE LOS CAÍDOS DE PARACUELLOS DE JARAMA

Boletín Nº 52 - Marzo 2006


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EL HONORIS CAUSA A SANTIAGO CARRILLO REABRE VIEJAS HERIDAS

En menos de un año Santiago Carrillo Solares, socialista, fundador y responsable activo de las Juventudes Socialistas Unificadas, y más tarde comunista en 1936, y desde que llegó de nuevo la democracia en 1975, como ex-secretario General  del P.C.E. ha estado durante todo este tiempo retirado de la política, pero en el candelero mediático gracias al Partido donde militó en sus orígenes.

Al cumplir noventa años y entre otras adulaciones, primero fue entrevistado por Dña. María Antonia Iglesias en el diario El País, el 9 de enero de 2005. Después protagonizó la famosa cena en homenaje suyo -la noche de la vergonzosa retirada de la estatua del general Francisco Franco en Madrid-, preparada por el periodista Iñaki Gabilondo y hermano del rector de la Universidad Autónoma de Madrid. Por último y como colofón, el 20 de octubre a las 12 horas, en el Salón de Actos de la Escuela Politécnica Superior de la mencionada Universidad, fue nombrado doctor Honoris Causa, en reconocimiento a sus “extraordinarios méritos, y de forma significada a su contribución a la política de reconciliación nacional, y su decisiva aportación al proceso de transición democrática en España”.

Flaco favor el que le ha hecho Santiago Carrillo al Rector de la Universidad Autónoma de Madrid y a todas las demás, pues según el acuerdo del Consejo de Gobierno de esta Universidad, éste  aprobó a propuesta del 17 de junio en Consejo de Gobierno, compuesto por 150 claustrales de los 303, -según el artículo 57 de la normativa interna de dicha Universidad, que requería para dicho evento una mayoría de sólo el 30 por ciento-, al otorgarle el Doctorado Honoris Causa, en contra y del repudio de dos Facultades de dicha Universidad y de muchos de sus claustrales, añadiendo en su discurso Ángel Gabilondo, que la incorporación de Carrillo al claustro de doctores supone asimismo la incorporación de los valores de la “reconciliación”.

Dentro de la ceremonia y durante la lectura de la laudatio por el profesor Cayetano López, se sucedieron varias interrupciones protagonizadas por personas de avanzada edad, que recordaron a los muertos de Paracuellos de Jarama, criticaron la decisión de la Universidad por conceder este doctorado a Carrillo con gritos como por ejemplo “no tenéis vergüenza”.

De acuerdo a lo programado en la apertura del acto se interpretó el Veni Creator y en la clausura el Gaudeamus igitur. Entre estos dos himnos, el laudatio de Santiago Carrillo fue pronunciado por el profesor Cayetano López Martínez -ex rector de la UAM y catedrático de Física Teórica-, siendo seguidamente investido Santiago Carrillo doctor Honoris Causa. En todos estos agasajos y adulaciones se sacó a relucir sin vacilación alguna sus “servicios” a la Transición española proclamándole “demócrata ejemplar”, pero olvidando todos los clausales allí presentes, la actuación de Carrillo durante la guerra civil cuando éste era Consejero de Orden Público en Madrid, y cuando muchos años después, en 1974 él mismo declaró a la periodista italiana Oriana Fallaci “La guerra civil la hice de veras..., apuntaba con cuidado para matar y  he matado”.

Es evidente que a partir de 1939 y años posteriores, él se preocupó mucho por exhibirse como el máximo exponente de la lucha al régimen franquista -siempre en el extranjero y no como otros camaradas que lo hicieron de frente y dentro de España- por las “libertades de los españoles”, ocultando así con el paso de los años, su responsabilidad en el exterminio de los presos de Madrid durante los dos últimos meses de 1936 en Paracuellos de Jarama, primer genocidio en masa del siglo XX de dimensiones desconocidas hasta entonces bajo su mandato y sus Milicias de Vigilancia. Ahí están los testimonios que después de la guerra hicieron sus correligionarios, como por ejemplo: Ramón Torrecilla, Vicente Girauta,  Manuel Rascón, Alvaro Marasa, Agapito Sainz y otros muchos. Incluso en el ABC del 9 de abril de 1994, D. Carlos Semprún Maura, escribió un articulo titulado Con  la mentira en ristre, en el que decía “Siendo Consejero de Orden Público en la Junta de Defensa de Madrid fue él quien ordenó la matanza de Paracuellos, cosa que  ha reconocido off the record y no, como escribe, incontrolados probablemente de la FAI”.

Con este nombramiento e investidura, resulta que las víctimas de aquél genocidio masivo, no sólo no son recordadas, sino insultadas, ultrajadas, agraviadas y pisoteadas. Por tal motivo la Hermandad de Ntra. Señora de los Mártires de Paracuellos de Jarama, se ve obligada a seguir recordando a sus mártires con más firmeza que nunca, perdonando y perpetuando la memoria de todos ellos, como ha hecho y lo seguirá haciendo desde sus inicios, aunque actos como éste intenten enturbiar la historia. No nos engañemos, aquellos mártires si fueron y son para siempre Honoris Causa.


 

EL DEBATE SOBRE LAS VÍCTIMAS DEL FRANQUISMO. OMNIPRESENTES O INVISIBLES

 

Javier Rodrigo. El País- Opinión. 27-11-2005

“Mientras que en Torrejón de Ardoz se procedía a la "exhumación de los cadáveres de las víctimas del terror rojo y del ateísmo soviético, inmoladas bárbaramente por pelotones de asesinos y asalariados de Moscú" (el noticiero alusivo puede escucharse en la banda sonora de Canciones para después de una guerra, de Martín Patino), otros cadáveres, otras víctimas de un terror convertido en política de Estado quedaban en cunetas, tapias de cementerios y fosas comunes. Mientras que en 1939 se concedía a la Asociación de Familiares de los Mártires de Paracuellos del Jarama una subvención para la construcción de un altar religioso a la memoria de los caídos "por Dios y por España", las familias de los vencidos tenían que esconder el luto por otros caídos, muchos sin identificar, muchos sin haber sido registrados, la mayoría sin ser entregados jamás a sus deudos. Mientras que entre 1940 y 1945 la España de Franco se inundaba de monumentos conmemorativos a los mártires, a los hijos entregados por la causa de los sublevados -aprobados todos ellos por la Dirección General de Arquitectura y la Vicesecretaría de Educación Popular de FET y de las JONS-, otros hijos eran pasados por las armas, otros hermanos desaparecían en vida, víctimas de la dictadura que cerró su particular versión de la crisis europea de entreguerras con la mayor tasa de sangre y castigo, tanto en tiempos de guerra como, sobre todo, en tiempos de retórica paz. Y a esos otros hijos y hermanos nadie les dedicaría jamás una lápida, un altar o un monumento.”

Algunas puntualizaciones de la Hermandad de Ntra. Sra. de los Mártires de Paracuellos de Jarama, al citado articulo:

En primer lugar, Miles de víctimas anónimas quedaron asesinadas en cunetas y fosas comunes durante la guerra sin posible identificación alguna como consecuencia de la represión republicana sin que nadie se hubiera ocupado de ellos, excepto la entonces Asociación de Familiares de los Mártires de Madrid y su provincia, que se ocupó de darles cristiana sepultura en diferentes cementerios de Madrid desde 1939.

En segundo lugar, la citada Asociación nunca recibió subvención alguna por parte de ningún estamento oficial del Estado, aunque así lo mencionara el noticiero NO-DO de la época. Con respecto al altar religioso, éste en un principio muy rudimentario y de madera, se convirtió en la actual iglesia del cementerio, subvencionada por los familiares de los mártires allí asesinados, no caídos.

Y en tercer lugar, todos aquellos que después de la guerra fueron identificados después de su exhumación, recibieron digna sepultura en diferentes cementerios, cualquiera que fuera su procedencia y significación política o militar.


LAS MEMORIAS HISTÓRICAS

Actualmente en España está en marcha una doble campaña por parte del Gobierno con un proyecto común. Este consiste en recuperar de forma partidista y unidireccional la "memoria histórica" de la ya casi olvidada guerra civil. Una primera parte de esta doble campaña, consiste sobre todo en exaltar los asesinatos y atrocidades cometidos por el llamado “bando rebelde” durante la guerra civil, reduciéndolos sin más y de forma simplista a una mera represión llevada a cabo por las derechas o “fascistas” de entonces, tratando con ello de camuflar y de omitir la represión, el terror y las torturas, que causaron las izquierdas o los llamados popularmente “rojos” durante la contienda. En dicha campaña, también se olvida sistemáticamente que nuestra guerra civil fue una situación extrema como consecuencia de una República enferma y dividida, en que la ley y las normas cívicas de convivencia habituales entre españoles se derrumbaron por completo, aflorando así los odios, los rencores y hasta la persecución civil y religiosa sin precedentes hasta entonces. Por otro lado, la segunda parte de la insistente campaña orquestada por el PSOE, consiste en recuperar la memoria sobre la represión civil durante la posguerra –más conocida como “represión franquista”-, ambas muy bien organizadas ostentosamente por el presidente del Gobierno, Sr. Rodríguez Zapatero, y “rojo” según el rancio término reacuñado por él mismo, eso sí, con abundante dinero público haciéndonos creer que en sólo uno de los bandos se defendía la democracia, en el de las izquierdas del Frente Popular.

Confiemos en su rigor recopilatorio y en la fidelidad de los hechos, no olvidando la quema de Iglesias y conventos, los cientos de miles y miles de seglares, sacerdotes y monjas, que pasaron por los ateneos libertarios, comités y checas socialistas sin otra misión que fichar a curas y amigos o familiares de éstos, que sin más fueron asesinados sólo por el mero hecho de ser católicos sin distinción de edad o sexo. Y como colofón, el genocidio y matanzas de tantos inocentes desarmados y considerados presos preventivos, asesinados en el Tren de Jaén, Aravaca, Rivas Vaciamadrid, Paracuellos de Jarama y Torrejón de Ardoz, sin olvidar el Túnel de Usera y otros lugares de Madrid, quedando así implícito para el PSOE, que los que murieron en esos lugares eran basura humana y nunca entrarán en la denominada “memoria histórica”.

La consigna del Sr. Zapatero en sus honoríficas manifestaciones y emotivas exaltaciones “progresistas” es bien clara “no dejar en paz a los muertos”, claro está, a los “malos e injustos” asesinados que no acataron una revolución del proletariado dentro de una República ‘democrática’, pues el sueño del marxismo consistía en resolver para siempre -como panacea- los problemas sociales y religiosos mediante una revolución.

Pero para ello es de suma importancia y también necesario, que no se olvide el Sr. Presidente de aquellos “ángeles ejecutores”, y recuerde que todos aquellos asesinatos y matanzas fueron programados, desarrollados y consumados por miembros del Frente Popular -muy democráticamente salido de las urnas en febrero de 1936-, los cuales fueron dirigidos y azuzados por sus compañeros del Partido Socialista cómo fue Largo Caballero, Indalecio Prieto y Santiago Carrillo, sin contar con las comunistas Margarita Nelken o La Pasionaria entre otros, y capitaneados todos ellos por el Presidente de la II República D. Manuel Azaña, los cuales logrando así rendir un gran tributo a la España de entonces. Esperemos que la revisión histórica emprendida por el Sr. Zapatero sea la definitiva, y de paso alcance a saber cómo llegó a hundirse la legalidad vigente de entonces, que arrastró la convivencia democrática entre españoles a un enfrentamiento sin precedentes. Pero mucho me temo que como siempre, la verdad de los hechos quede en el fango de las mentiras, aunque constituya en sí una abominación más de la historia, porque no se trata ahora de hacerles unas honras fúnebres, sino de sembrar y aumentar el odio entre españoles en una convivencia democrática mejor que la de entonces. Con ésta visión se presenta el Sr. Zapatero, asociado a la ya histórica tradición y propaganda sesgada del Partido Socialista, consistente en el desenterramiento de cadáveres en fosas comunes, porque en el fondo, de lo que se trata con éste “revisionismo histórico”, no es el de rememorar y conmemorar  aquellos desgraciados y funestos hechos, sino el de husmear y remover rencorosamente entre unos determinados asesinatos y ocultando de paso otros mucho más molestos para él y los de su Partido.

Para comprender mejor esta situación, recordemos por ejemplo cuando el Sr. Zapatero -el 8 de febrero de 2004- durante la precampaña para las Elecciones generales del 14 de marzo, públicamente parafraseando a Azaña, dijo qué “más gimnasia, menos religión”. Fue en aquel momento cuando desempolvó y dio a entender a los españoles sus actuales leyes “progresistas, laicas y modernas”, aunque miles y miles entonces no las entendieron. Es decir, leyes que no hacen referencia a Dios y a su Ley, ignorando con ellos la tradición católica de España y la fe religiosa de millones de españoles. En aquellas fechas no se dio cuenta y parece ser que no lo sabe, que todas las leyes que emanan de un Parlamento son laicas, es decir, son promulgadas por la autoridad civil y por lo tanto no sagradas. En consecuencia nunca entenderá el porqué tantos españoles de las llamadas “derechas” de entonces, murieron asesinados por miembros de su Partido, y menos aún, porqué aquellos socialistas las cometían.

Fruto de todo lo anterior, el 24 de septiembre del año pasado, la Vicepresidenta del Gobierno Mª. Teresa Fernández de la Vega, con el apoyo del secretario de Estado de Justicia, Sr. Luis López Guerra, más uno de los notables socialistas D. Gregorio Peces-Barba, impulsó una “hoja de ruta para conseguir la aconfesionalidad del Estado”, como preparando abiertamente el camino a una nueva persecución social y religiosa, aunque para ello el Gobierno se salte el Artículo 16 de la Constitución Española el cual garantiza la libertad religiosa, olvidando de paso, que en dicho artículo “los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española”.

Hoy como ayer, el objetivo del actual Gobierno anticlerical consiste en reducir a la Iglesia española y sus creyentes al ostracismo, enfrentando de nuevo a la Iglesia con la sociedad bajo un Estado laicista y plenamente secularizado, donde todas las religiones sean “iguales” y sin tener en cuenta que para un anticlerical, cualquier cosa es motivo suficiente para atacar a la Iglesia y a sus fieles. Por lo tanto, también para el Presidente del Gobierno D. José Luis Rodríguez Zapatero que se ve como un hombre utópico, radical feminista, rojo, laicista, talentoso, naif y agradable, los ataques a la familia y a la Iglesia católica son coherentes, desempolvando de esta forma la “memoria” de aquellos ataques impunes a los conventos y más tarde incendios de iglesias en los tiempos de la República y del Frente Popular. En esto consiste la recuperación socialista de la llamada “memoria histórica”, sin que se nombre ni una sola vez la palabra reconciliación, olvidando que sólo la verdad nos hace libres, y que la mentalidad laicista no tiene legitimación ni teórica ni practica y menos aún para poner en marcha la citada campaña, basada sin tapujos en un relativismo histórico y progresista.

Recordemos lo que Monseñor D. Fernando Sebastián -Arzobispo de Pamplona- escribió recientemente: “No se trata sólo de impedir que los eclesiásticos influyan en la vida política, se trata más bien de que no influyan tampoco las convicciones religiosas de nadie, ni siquiera de los políticos. Esto es tanto como amordazar las conciencias, destruir la fuerza vital de la religiosidad y de la fe”.

También por su parte, en enero de este mismo año, el Arzobispo de Toledo Monseñor Cañizares, durante su homilía con motivo de la solemnidad de San Ildefonso -patrón de Toledo- mostró su preocupación por la actual situación en España, al mencionar qué “Son muchas cosas las que están en juego”, destacando más adelante “la unidad de España y sus raíces culturales e históricas”, “La herencia de valores humanos y cristianos que representan el patrimonio más precioso del pueblo español”, y “La herencia de la fe”. Para el Primado de España, “Nada de lo que sucede en España, en la sociedad, le es ajeno a la Iglesia”, recordando por último las palabras de S.S. Juan Pablo II: “Los laicos cristianos, precisamente en este momento histórico decisivo, no pueden evadirse de sus responsabilidades”.

Por todo ello, el Sr. Zapatero que adquiere día a día más responsabilidad en sus acciones y manifestaciones, desplaza al más profundo olvido la verdadera historia reciente de España con un peligroso reenfrentamiento político-social y hasta religioso entre españoles, muy parecido al estilo del entonces presidente del Gobierno provisional de la II República.


ENTREGA DE UNA LARGA LISTA DE MÁRTIRES AL OBISPADO DE ALCALÁ DE HENARES PARA INICIAR SU PROCESO DE BEATIFICACIÓN

El pasado día 6 de febrero del presente año y tras una primera reunión a últimos del 2005, en el Obispado de Alcalá de Henares tuvo lugar un encuentro entre Dña. María Isabel Candela Davó, Postuladora de la Diócesis de Alcalá para la Causa de los Santos y D. José Manuel de Ezpeleta, vocal de la Junta de la Hermandad de Paracuellos. En la reunión se la hizo entrega de un completo listado y dossier correspondiente a cuatrocientas veintisiete personas entre sacerdotes, seminaristas y seglares, que por diferentes causas y motivos, entregaron sus vidas por defender la religión Católica dentro de la persecución religiosa desencadenada entre los años 1936-1939, en todas aquellas localidades de la actual Diócesis de Alcalá.

Hay que tener en cuenta, que aquellos ‘mártires’ nunca fueron caídos de la guerra civil pues nuca combatieron en ningún frente, demostrándose así que con su muerte dieron testimonio de su fe y de su valentía como católicos, viviendo sus virtudes cristianas en grado heroico y supliendo con el martirio la confesión sacramental, convirtiéndose un patrimonio y una riqueza espiritual sin precedentes para esta Diócesis.

Aparte de los sacerdotes y algunos religiosos y seminaristas que se incluyen en listado, también constan un gran número de seglares con profesiones tan diversas como militares, estudiantes, ingenieros, abogados, médicos, empleados, sacristanes, etc., miembros en su mayoría, de Acción Católica, de la Adoración Nocturna ó de las Congregaciones Vicencianas.

Con todo este rico legado humano, el Obispo de la Diócesis de Alcalá de Henares es al que compete instruir la Causa de Beatificación por medio de su Postuladora, la cual comenzará en breve el correspondiente estudio e investigación histórica de la vida de cada candidato conforme a la Fama de Martirio, según las actuales normas dictadas por la Congregación para las Causas de los Santos de Roma.

Para tener una ligera noción de cómo se inician los procesos, las causas de beatificación pueden ser recientes o antiguas. Recientes, cuando se puede probar a través de testigos vivos las virtudes y el martirio del candidato. Antiguas, cuando dichas pruebas se tienen que hacer a través de documentos o fuentes primarias aparte de otros testimonios. En nuestro caso y por el tiempo transcurrido –más de 30 años después de la muerte-, éstas causas se consideran antiguas o históricas.

      Llegado el Nihil Obstat de Roma, se procede al examen de los testigos que deberán ser sobre todo y si es posible, familiares o parientes del siervo de Dios o quienes hayan tenido trato de familiaridad con él. Aparte de estos testigos llamados “ordinarios” o “de oficio”, el Obispo que instruye la Causa también llamará a otros que son llamados “ex officio”, deponiendo todos ellos bajo juramento el decir la verdad, levantándose así las actas a la vez que se recogen todos los testimonios de manera escrita. Terminados todos estos trabajos, el Obispo declara solemnemente que el proceso diocesano ha terminado, y tras reunir todo el material lo envía a Roma.

Hasta que todo esto suceda, el primer paso ya está dado, esperando que todos ellos en un primer trámite sean admitidos y proclamados Siervos de Dios. Por último y conforme estos pasos se vallan dando, iremos informando puntualmente de ello.