El Término Mártir

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Este término viene del griego y significa "Testigo", lo mismo que " Martirio" significa "Testimonio". Por lo tanto, los mártires son los testigos de la fe.

 Y significa en primer lugar, persona que sufre o muere por amor a Dios, como testimonio de su fe, perdonando y orando por su verdugo a imitación de Cristo en la cruz por su religión. Y en segundo lugar, la testificación suprema es dar la vida por la verdad.

 "Os detendrán y perseguirán, presentándoos ante las sinagogas y los pretorios, llevándoos a presencia de reyes y gobernantes a causa de mi nombre; todo esto para dar testimonio...".- Lc 21, 12

 "No hay amor más grande que el de aquel que da la vida por los demás".- Jn 15,13 "Cuando os insulten y os persigan y con mentira digan contra vosotros todo género de mal por mí.-Mt 5,11

"No hace al mártir la pena que padece, sino la causa o motivo por que padece". San Agustín. Y la causa por que murieron fue por ser religiosos, in odium religionís, concebido como tal tanto en la mente de los verdugos como en la de las víctimas.

"Precisamente porque la fe nos muestra las cosas invisibles y nos enseña a preferirlas, decimos que la fe ha vencido al mundo".- Santo Tomás de Aquino.

Los mártires cristianos no murieron por una idea cualquiera, sino ante todo por fidelidad y amor a Dios.

 Aunque él termino ‘Martir’ en sentido religioso se puede definir: Como el padecimiento voluntario de la muerte o de tormento mortal, sufrido con la paciencia y fortaleza por odio contra la fe cristiana o de la ley de Dios. Por lo tanto, hay que separar y nunca confundir el ideal religioso del político. Por eso son Mártires de la Fe, y los que murieron bajo la persecución religiosa entre 1936 y 1939, se les denomina hoy:”Nuevos Mártires de la Fe”.

 SS. el Papa Pío XI, el 19 de marzo de 1937, en su encíclica: "Divíni Redemptorisi", refiriéndose a los que murieron por defender su fe en Jesucristo afirmó entre otras cosas: "El Comunismo ha matado a Obispos y millares de Sacerdotes, Religiosos y Religiosas". .."Todo esto es un espléndido de virtudes cristianas y sacerdotales, de heroísmo y de martirios, verdaderos martirios, en todo el sagrado y glorioso significado de la palabra, hasta el sacrificio de las vidas más inocentes de venerables ancianos, de juventudes primaverales.. ".

Según el Concilio Vaticano II, el Martirio es una “gracia”, basado en las Bienaventuranzas que Jesucristo propuso en el Sermón de la Montaña, Mt 5,1-11. Aunque se puede desear o pedir conforme a la voluntad de Dios, hay que estar dispuesto a confesar a Jesucristo en cualquier momento o circunstancia concediéndola Dios a quien considera digno de ella. En definitiva, el Martirio es el testimonio de las Virtudes Teologales: Fe, Esperanza y Caridad. Precisamente por eso, no es posible alcanzarla sin la gracia de Dios. Y a su vez acto de virtudes Cardinales: Prudencia, Justicia y Templanza.

En la actualidad, SS. el Papa Juan Pablo II, en su carta Apostólica "Terio Milleno Adveniente", dijo que "Pío XI debió afrontar las amenzas de los sistemas totalitarios o no respetuosos de la libertad humana en Alemania, Rusia, Italia, España, y antes aún en Méjico".

En 1992, S.S. el Papa Juan Pablo II ante la Congregación de la Causa de los Santos en Roma, pronunció estas palabras:

“Al brillante y glorioso ejército de los mártires pertenecen no pocos cristianos españoles asesinados por odio a la fe en los años 1936-1939, por la inicua persecución desencadenada contra la Iglesia, contra sus miembros y sus instituciones. Con particular odio y ensañamiento fueron perseguidos los obispos, los sacerdotes y los religiosos, cuya única culpa –sí así puede decirse- era la de creer en Cristo, de anunciar el Evangelio y llevar al pueblo por el camino de la salvación. Con su eliminación, los enemigos de Cristo y de su doctrina esperaban llegar a hacer desaparecer totalmente la Iglesia del suelo de España”


POSTULACION GENERAL DEL CARMELO TERESIANO

Por  P. Ildefonso Moriones.  Postulador General O.C.D.

Introducción de la Causa: “Por "introducción de la Causa" se entiende técnicamente un acto formal del Papa por el que se autorizaba a tramitar en Roma, en la Congregación de Ritos (hoy Congregación para las Causas de los Santos), la Causa de un candidato a los Altares. Antes de llegar a ese paso, el ordinario del lugar donde había muerto el Siervo de Dios, o donde había pasado un período importante de su vida, recogía, por su propia autoridad, las informaciones sobre la fama de santidad, vida, virtudes y milagros; e instruía también un proceso para asegurarse de que no se le había prestado ningún género de culto, tal como establecían los Decretos de Urbano VIII. Todo esto está comprendido hoy en lo que se llama Proceso Ordinario o Inquiesta Diocesana, que ya no es necesario completar, como en la legislación anterior, con un nuevo proceso llamado Apostólico. Para iniciar el Proceso Ordinario basta actualmente el "Nihil obstat" de la Congregación para las Causas de los Santos.”

Positio: “Con el nombre de Positio se designa el volumen que contiene la síntesis elaborada de toda la documentación relativa a cada una de las fases del Proceso, desde la Introducción de la Causa hasta los milagros para la canonización. Hoy día la presentación de la Positio sobre las virtudes - preparada bajo la dirección de un Relator, tras la presentación en Roma del Proceso Ordinario - constituye la puerta de entrada hacia la fase decisiva del Proceso. La Positio sirve de base para la discusión sobre las Virtudes del Siervo de Dios tanto en el Congreso Peculiar de los Consultores Teólogos como en la Congregación Ordinaria de Cardenales y Obispos. Si el resultado de ambas discusiones es positivo, se procede a la Lectura, en presencia del Santo Padre, del Decreto por el que el Siervo de Dios es declarado Venerable.”

Siervo de Dios: “Es el título que se da a las personas de cuya causa de beatificación se está ocupando la autoridad eclesiástica.”

Venerable: “El título de Venerable se atribuía, hasta la reforma de San Pío X en 1913, a todos aquellos cuya causa de Beatificación había sido Introducida. Según la legislación actual, el título se atribuye solamente después de la promulgación del Decreto sobre la heroicidad de las Virtudes por parte del Papa. Pero los que tenían ya título de Venerables, de acuerdo con la legislación anterior, lo siguen ostentando.”

Beato: “Después de la Promulgación del Decreto sobre las virtudes heroicas se procede al examen de un milagro atribuido a la intercesión del Siervo de Dios. Si el resultado de dicho examen resulta positivo, el Papa procede a la Beatificación.”

Nota: El milagro no es necesario si la persona ha sido reconocida cómo mártir. Los beatos son venerados públicamente por la iglesia local.

Santo: “Un nuevo milagro, hecho después de la Beatificación, es lo único que se requiere para proceder a la Canonización, que constituye la meta final del Proceso de Canonización, como se le designa en la legislación actual, mientras en la anterior se decía Proceso de Beatificación y Canonización. Mediante la Beatificación el Siervo de Dios viene propuesto a la veneración de una parte de la Iglesia, como una familia religiosa o una determinada región; con la Canonización, que implica una intervención infalible del Papa, el Santo viene presentado como modelo a la Iglesia universal.”

Nota: Mediante la canonización se concede el culto público en la Iglesia universal. Se le asigna un día de fiesta y se le pueden dedicar iglesias y santuarios


ALFA-OMEGA

6-Junio-2002

El siglo XX ha sido denominado por el Papa Juan Pablo II como el siglo de los mártires.

"La experiencia de los mártires y de los testigos de la fe -dice el Pontífice- marca todas las épocas de la historia de la Iglesia. En el siglo XX, tal vez más que en los primeros períodos del cristianismo, son muchos los que dieron tertimonio de la fe con sufrimientos, a menudo heroicos. Allí donde el odio parecía arruinar toda la vida, ellos manifestaron cómo el amor es más fuerte que la muerte. El que se ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guarda para la vida eterna".